Reflexiones sobre la gestión de equipos en remoto

22/1/2021 ☼ trabajo remototeletrabajogestión de equipos

Dilbert y el trabajo remotoDilbert y el trabajo remoto

Tengo cierta curiosidad por saber cuánto trabajo remoto nos dejará la nueva normalidad post Covid. Mi opinión es que menos de la que muchos piensan, pero más de la que había antes. En esta nueva etapa habrá una mayor flexibilidad en la forma de estructurar el trabajo, pero aquellas organizaciones con liderazgos «militares» basados en el ordeno y mando no abrazarán el trabajo remoto. El control y la falta de confianza forma parte de su cultura, y esta es difícil de cambiar, sobre todo cuando no existe la intención. Por lo que veremos muchos grises y pocos blancos o negros.

Dicho esto, comparto algunas reflexiones de mis más de 15 años gestionando proyectos en remoto por si puede ser de utilidad para alguien:

  1. Pasar a trabajar en remoto, no supone un reset de las dinámicas asumidas por el equipo. La cultura, las interacciones, los eventos siguen siendo un marco de referencia. Tanto sí son buenas o malas, estas se intentarán replicar en online. Si tienes un jefe controlador, seguirá controlándote aunque te vayas a vivir a Tasmania. El trabajo remoto es una variante, pero el subyacente no cambia. Mi visión de los equipos es la de un sistema más o menos complejo formado por piezas. Cada elemento que conforma este sistema tiene su misión y sus objetivos que han de estar bien definidos y asimilados por todos. En mi caso, intento que estas piezas sean lo más autónomas posible para evitar demasiadas dependencias que impliquen interacciones. Se tiende a subestimar los costes de coordinación y transacción en los equipos. Estos pueden ser inmensos si los procesos de trabajo no están bien documentados y explicitados, y no se utilizan las herramientas adecuadas. Mi receta es autonomía, responsabilidad y objetivos.

  2. Todo lo anterior se basa en la confianza. Por ello, la selección de los futuros integrantes de este equipo es crítica. Si te equivocas con la persona es parecido a añadir una manzana podrida a un cesto con manzanas sanas: puede acabar contaminándolo. Hay personas tóxicas que son como células cancerígenas para el cuerpo humano, pueden acabar destruyéndolo tu sistema. Y como el cáncer, cuando antes lo identifiques, mejor. Un buen headhunter (al igual que un buen abogado) es dinero bien invertido.

  3. Es importante dotar a las personas de las herramientas y crear el contexto adecuado para que puedan hacer su trabajo lo mejor posible. No todo el mundo tiene una casa habilitada para trabajar, o un espacio dedicado, independiente y aislado donde concentrarse o tener calma. Detalles tan críticos como una buena silla o una conexión a internet fiable no son obvias. Por lo que preocúpate de que cada miembro de tu equipo disponga de las condiciones para poder trabajar en remoto con garantías. Si tu organización se lo puede permitir, apóyales con dinero para adecuar su espacio. No es un gasto, sino una inversión.

  4. No hay dos personas iguales. Algunos nos sentimos cómodos trabajando en remoto, mientras otras necesitan salir de casa y socializar. Para muchos ir a la oficina es el momento social del día. Trabajar desde casa no es para todos. Como manager has de cuidar a tu equipo identificando a quién puede sufrir para dedicarle más atención. Seguramente desconoces la situación personal de cada uno, por lo que no asumas nada: habla con ellos y pregúntales.

  5. La distancia física no tiene por qué implicar distancia emocional. Crea canales y procesos para que las personas puedan compartir y conversar diariamente. La tecnología está a tu favor, hay cientos de herramientas que te permitir, hablar, ver, compartir información, reírte, etc… La distancia no ha de ser el olvido. No hay excusas para no seguir cerca de tu equipo. Comunica, da feedback constructivo para que las personas sepan que hacen bien y que han de mejorar.

  6. Por último, os dejo un par de buenos recursos de dos compañías que trabajan en remoto y han documentado su experiencia con el objetivo de ayudar a otras organizaciones. Una es Zapier, y la segunda es GitLab. Son dos lecturas interesantes y llenas de buenas recomendaciones.

    Resumiendo, el trabajo remoto cambia el CÓMO, pero los QUÉs (crecer, vender, rentabilidad, etc.) y los PORQUÉs (mision, valores, etc.) siguen siendo los mismos. El trabajo remoto es un signo de nuestro tiempo. Hay que adaptarse. Buena suerte.